Napoli III: Ciudad sin ley

{ julio 13, 2007 @ 9:31 pm } · { Salerno }

Sólo en Nápoles podía pasar, los bares cierran a las 4am, las luces se apagan a las 5am, y todavía no ha amanecido, a las 5.30am empieza a clarear, así que es de día sobre las 6am. Es decir, en un día habitual, sales del bar a las 4 y pico, cuando de verdad te han echado, se te apagan las luces de camino a casa, y te encuentras en las peligrosas calles de Nápoles en la más absoluta oscuridad.

Así andábamos a casa de Ana, para dormir allí cuando de repente vi a un chico, con el casco integral de la moto -cosa prohibida en determinadas zonas de Nápoles, vamos, tan prohibida que cuentan que la poli directamente te pega un tiro y después pregunta- sin quitar del todo, registrando al compañero de piso de Dani, Ángel. No encontró nada, y siguió registrando. En Nápoles no se sale con bolso, jamás, porque no volverías con él, pero llevaba el móvil en el bolsillo lateral. Cuando el tipo se acercó a nosotras, Dani – que había tirado el móvil a la basura cuando lo vio venir- le miró sorprendido. «¿También a las chicas?», «No os voy a hacer nada» respondió el nota. Así que fue hacia mí y me arrancó el botón del bolsillo lateral, después de muchos intentos por abrirlo y se llevó el móvil mientras Laura rezaba para sus adentros «El móvil no, el móvil no, que Olga no puede vivir sin el móvil». Más tarde le comenté que del móvil del que me pasaba horas enganchada era del español, y ese era el italiano, pero no era mío. Nena, lo siento, creo que con eso estamos en paz, pero te compraré otro.

Las siguientes semanas repetía la misma conversación a menudo:
– Lo siento, no tengo tu número, me han robado el teléfono.

– Ah, ¿sí?- responden sorprendidos.

– Sí, en Nápoles. – Fin de la cara de sorprendido.

– Ah, claro, pero, ¿cuántas veces has estado en Nápoles?

– Tres.

– Pues puedes considerarte afortunada, NO te han robado el teléfono 2 veces.
Muchas más historias se pueden contar de Nápoles. Por ejemplo, la de hace un par de día cuando fueron Laura y Luisa, Laura conservó el bolso porque pesaba demasiado -la toalla de la playa…-, pero perdió el monedero con 100 euros. Luisa perdió todo, las gafas, el móvil, la tarjeta del banco,… y lo que más echa en falta, el bolso con sus chapas. Porque el dinero, es sólo dinero, pero tus cosas, las que elegiste, y te gusta llevar, esas sí que se echan de menos.

La peor es la que cuentan Dani y David, ¿qué se siente cuando te apuntan con una pistola? Dani cuenta que ya sabe como suena cuando cargan una pistola. No se llevaron mucho, ellos ya conocen Nápoles y no salen con cosas, 5 euros y las llaves de casa, ni siquiera el móvil. Dani afirma que estaba más tranquilo, porque con una pistola sólo se puede matar, y nadie mata por un par de euros. Pero yo no estoy tan segura.

Me alegro de estar en Salerno, y no en Nápoles, porque sí, digan lo que digan, Nápoles es peligrosa.